Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989, el imponente monasterio es uno de los testimonios más impresionantes y bellos de la arquitectura de Cister en toda Europa. A pesar de sus casi 900 años, conserva intacto el conjunto de las dependencias medievales y su iglesia es la mayor en estilo gótico primitivo construida en Portugal en la Edad Media.
Contemporáneo a la fundación de Portugal, el Monasterio también constituye un poco de su Historia. Fundado por el primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, nació de la donación de las tierras de Alcobaça a la Orden del Cister por haber vencido a los árabes en la conquista de Santarém.
En su fachada, sólo es original el pórtico gótico. A cada lado, la levedad de las estatuas de São Bento y de São Bernardo contrastan con el peso barroco del frontispicio y de las torres del campanario añadidas en el s. XVIII. Al entrar, la grandiosa nave central, despojada de cualquier adorno, produce una sensación de elevación y espiritualidad.
En el centro de cada brazo del transepto podemos ver dos obras primas de la escultura medieval, los sepulcros de D. Pedro I (1357-67) y de D. Inês, situados frente a frente para que se puedan reencontrar de nuevo el día de la Resurrección.
No deje de visitar el impresionante conjunto de dependencias medievales en las que destacan el Refectorio, el Dormitorio y la Sala del Capitular, así como el Claustro de D. Dinis, la sorprendente Cocina y la Sala de los Reyes.
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