Las camelias siempre han sido elementos ornamentales fascinantes desde hace siglos. Pero fue en el siglo XIX cuando esta fascinación alcanzó su punto álgido, especialmente en el norte del país, en Sintra y en el mágico Bosque Nacional de Buçaco, donde las condiciones climáticas eran muy favorables para el desarrollo de esta seductora flor. Las camelias eran muy populares entre los coleccionistas aristocráticos.
El Bosque Nacional de Buçaco posee una increíble colección de 180 ejemplares de Camelia (Camellia japonica). Esta colección data de 1884 y fue un regalo de Alfredo Allen, vizconde de Quinta Villar d'Allen. Las camelias de Buçaco pueden verse en todo el Bosque, pero especialmente junto a los jardines del Palacio de Bussaco y alrededor de la Fuente de S. Silvestre y el gran lago del Bosque de Buçaco.
Estas románticas flores florecen entre febrero y mayo. Tanto en el siglo 19 como en la actualidad, las camelias siguen encantando a todo el mundo. Un gran leitmotiv para descubrir la riqueza botánica del Bosque Nacional de Buçaco.
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