La pandemia nos acercó a la naturaleza, pero también a nuestras comunidades. El fascinante proyecto Rostos da Aldeia cuenta las interminables historias de los habitantes de pueblos remotos.
Más allá de las palabras, también podemos ver las inspiradoras fotografías de estos esforzados hombres y mujeres que han elegido el campo para vivir y construir sus vidas. Y sus historias.
Los habitantes de estos acogedores pueblos tienen el privilegio de vivir rodeados de una naturaleza deslumbrante. La vida fluye más lentamente en estos lugares mágicos. El tiempo es un verdadero lujo. Cada día, estos hombres y mujeres luchan contra la desertización del interior. Son la prueba viviente de que tiene sentido vivir lejos del bullicio de las ciudades densamente pobladas. La vida adquiere un mayor significado.